A lo largo de la historia el traje de baño ha sido una de las prendas que más ha cambiado. La moralidad de las décadas pasadas no permitía que el traje de baño fuera tan cómodo y liberal cómo lo es ahora. Si quieres saber un poco más sobre ello, quédate, que hoy te contamos cómo esta prenda icónica ha pasado de ser una simple necesidad funcional a una expresión de estilo y moda.
Los primeros trajes de baño sólo tenían una función: cubrir el cuerpo a la hora de nadar. Es por ello que eran más parecidos a una pijama que a lo que conocemos hoy; sin embargo, alrededor de 1920 comenzaron a convertirse en un conjunto de una sola pieza y que ya dejaban al descubierto algunas partes de los brazos y piernas.
A partir de este año el traje de baño comenzó a volverse cada vez más pequeño, ajustado y coqueto. Fue en los años 40 que Louis Réard, un ingeniero mecánico francés, inventó formalmente lo que hoy conocemos como bikini, que se caracterizó por ser un conjunto de dos piezas. Su creación llevaba por nombre “Átomo” y fue promocionada como una prenda que causaría más “explosión” que una bomba.
Más tarde, en la primera mitad del siglo XX, Hollywood desempeñó un papel crucial para la evolución de esta pieza. Estrellas de cine como Marilyn Monroe y Esther Williams contribuyeron para que el traje de baño se convirtiera en un elemento de glamour y sofisticación.
Para 1960 comenzaron a confeccionarse los primeros trajes de baño a base de licra, lo que llamó más la atención de las mujeres, pues esto les permitía moverse con mayor facilidad. Diez años más tarde Brasil capturó las miradas del mundo por su inversión de la tanga, que también inspiró nuevos cortes para el bikini.
Ahora que estamos en pleno siglo XXI ha quedado claro que la moda siempre vuelve, por lo que, desde bikinis minimalistas hasta prendas tecnológicamente avanzadas, los diseñadores continúan explorando nuevas formas, telas y estilos para satisfacer las demandas de una audiencia cada vez más diversa.